Por más de dos décadas, West Química ha mantenido su posición de liderazgo en la producción y comercialización de coadyuvantes agrícolas, y este éxito se debe a un conjunto de factores distintivos que han forjado nuestra empresa. Desde su inicio, hemos reunido un equipo interdisciplinario de alta competencia, compuesto por técnicos de campo, agentes de mercadeo, biólogos, químicos e ingenieros de investigación y desarrollo. Este equipo trabaja incansablemente en la búsqueda de soluciones a los desafíos que enfrentan los agricultores cada vez que aplican agroquímicos para el control de plagas, enfermedades, malezas o deficiencias nutricionales en sus cultivos.
En un mundo que abraza la necesidad de la sostenibilidad y la creciente conciencia del cambio climático, los agricultores en todo el mundo están en búsqueda de prácticas agrícolas más respetuosas con el medio ambiente. Este enfoque incluye la adopción de métodos como la agricultura sostenible, la agricultura de precisión y la agricultura orgánica. No obstante, estos cambios no excluyen la prioridad de mantener la rentabilidad tanto para los agricultores como para sus comunidades.
Una parte vital de las tareas agrícolas implica la aplicación de productos orgánicos o químicos para mantener la sanidad de los cultivos. La eficacia de estas aplicaciones es crucial, ya que factores como la oportunidad de control y los costos de los productos y la mano de obra son elementos determinantes en el equilibrio de la rentabilidad calculada.
Para lograr un control efectivo, es imperativo considerar todos los factores que pueden influir en las aplicaciones de productos agroquímicos. Esto incluye la calidad del agua utilizada como vehículo de aplicación, las características de los productos, las condiciones ambientales, el blanco biológico y las particularidades fisiológicas de las plantas en las que se aplicarán.
Es fundamental destacar que minimizar el impacto ambiental es una prioridad. Esto se logra reduciendo al máximo la cantidad de productos agroquímicos utilizados para el control de plagas, lo que implica hacer que las aplicaciones sean más efectivas. Además, es crucial calcular con precisión la cantidad y el momento de las aplicaciones para evitar el desperdicio de recursos y el aumento del daño ecológico.
En resumen, la clave de la sostenibilidad radica en la precisión y eficacia en todas las etapas del cultivo. Esta premisa es inalcanzable sin un control exhaustivo de los factores que afectan las aplicaciones agrícolas, y es aquí donde los coadyuvantes agrícolas desempeñan un papel vital al brindar resultados superiores a un menor costo.
Desde los primeros días de la Revolución Agrícola en 1945, se reconoció la necesidad de mejorar las condiciones físicas y químicas de los productos agroquímicos para elevar la calidad y el rendimiento de las cosechas. En respuesta a este desafío, se desarrollaron los coadyuvantes de uso agrícola. Estas sustancias se incorporan al caldo de aplicación con el propósito de mejorar la acción de los productos o modificar las características físicas de la mezcla.
La aplicación de plaguicidas en los cultivos puede verse obstaculizada por las condiciones climáticas en el momento de su realización. Las lluvias pueden lavar los ingredientes, el viento puede llevar las aplicaciones a lugares no deseados, las altas temperaturas pueden hacer que la aplicación se evapore antes de surtir efecto, y las cubiertas naturales en los vegetales pueden dificultar que los plaguicidas lleguen al blanco biológico. Además, la acción de los rayos solares puede alterar los ingredientes activos, factores que pueden controlarse con el uso de coadyuvantes agrícolas.
Otro elemento que puede afectar las aplicaciones de plaguicidas son las condiciones físicas y químicas del vehículo de la aplicación, que generalmente es agua. Este recurso, en su mayoría, se toma de fuentes naturales y puede variar en alcalinidad si su pH es superior a 6, en dureza si contiene altos niveles de sales de calcio, magnesio o hierro, y puede llevar partículas de limo o arcilla en suspensión, lo que deteriora la calidad de los ingredientes activos.
El agua, compuesta por dos átomos de hidrógeno y un átomo de oxígeno, para mantenerse líquida debe superar una fuerza de cohesión atómica conocida como tensión superficial. Esta propiedad hace que se formen gotas esféricas en la superficie de las plantas, lo que puede resultar en una mala humectación o cobertura de la superficie aplicada. Estas condiciones pueden modificarse eficazmente mediante el uso de coadyuvantes de uso agrícola, que pueden tener efectos tensoactivos, adherentes, humectantes, penetrantes, acidificantes, neutralizadores, acarreadores, emulsionantes y encapsuladores.
En términos generales, los coadyuvantes agrícolas se dividen en tres categorías:
- Activadores: Su función principal es reducir la tensión superficial del agua utilizada como vehículo, lo que resulta en gotas más planas y una mayor área de contacto. Además, pueden tener efectos adherentes, penetrantes y humectantes.
- Utilitarios: Son agentes orgánicos o químicos que se añaden para modificar algunas condiciones del agua utilizada en la aplicación, generalmente conocidos como acondicionadores. Estos pueden incluir ablandadores de aguas duras con altos niveles de sales de calcio, hierro y magnesio, y ajustadores de pH para lograr una mezcla más estable y prolongada en su acción fitosanitaria.
- De uso específico: Estos coadyuvantes son diseñados para situaciones particulares. Algunos ejemplos incluyen supresores de la deriva que generan gotas más grandes y mejor cobertura, o encapsuladores que minimizan el daño a los ingredientes activos causado por la radiación ultravioleta. También existen agentes de compatibilidad que permiten a productos normalmente incompatibles trabajar juntos, así como antiespumantes, enmascaradores de olores, colorantes y limpiadores. En este grupo, encontramos coadyuvantes que crean una película de protección para prevenir el daño solar en los frutos.
En un mundo repleto de opciones para utilizar coadyuvantes y lograr el éxito en el control fitosanitario en los cultivos, surge una pregunta crucial: ¿cuál es el coadyuvante adecuado para mi caso específico?
Las condiciones en el momento de la aplicación son únicas, y como resultado, debemos considerar el nivel de daño económico que representa el agente perjudicial para nuestro cultivo, las condiciones climáticas dominantes, y los insumos requeridos para la aplicación, como equipos de aspersión, tanques de mezcla y equipo de protección para los aplicadores. Además, debemos evaluar las plantas de cultivo y su estado fenológico.
Es esencial tener una definición clara de las condiciones del agua para la mezcla, que incluye su pH, dureza y la cantidad de sólidos disueltos. Además, debemos conocer las características del producto que aplicaremos, incluyendo su tipo de formulación, su pH en solución, sus incompatibilidades y su modo de acción. También es vital comprender las particularidades del blanco biológico en el cual se llevará a cabo la aplicación.
La elección del coadyuvante adecuado requiere identificar los aspectos más relevantes que se deben modificar o mejorar para lograr un control efectivo, una aplicación eficiente y rentable, y el menor impacto ambiental posible.
Finalmente, es imperativo destacar que una vez tomada la decisión de utilizar un coadyuvante, se debe optar por productos formulados específicamente para este fin, evitando el uso de productos no normalizados, como melazas, ureas, jabones, leche, entre otros.
En West Química, estamos comprometidos en proporcionar asesoría técnica a los agricultores para que puedan tomar decisiones informadas y rentables en la utilización de coadyuvantes agrícolas. Nuestra misión es ser su aliado en la búsqueda de soluciones sostenibles para sus cultivos.